miércoles, 29 de agosto de 2018

UNZUÉ, PORTERO DEL SEVILLA FC


Por mucho que se diga lo contrario, en el Fútbol hay poca memoria. Tan solo las grandes hitos son recordados y pasan a la memoria colectiva del mundo del Fútbol. No obstante, para el aficionado siempre habrá capítulos que quedarán en su recuerdo particular, conformando su propia memoria futbolística.
Desde hace unos años, ha irrumpido en el panorama futbolístico español, como entrenador, Juan Carlos Unzué. Comenzó en 2003 como entrenador de porteros del FC Barcelona de Rijkaard, continuando con dicha encomienda durante las dos primeras temporadas de Guardiola. En la temporada 2010/11 daría el salto definitivo como primer entrenador de un equipo, dirigiendo al CD Numancia, pasando dos temporadas después a ser segundo entrenador de Luis Enrique en el RC Celta de Vigo y en el FC Barcelona, volviendo a ser primer entrenador de un equipo en la temporada 2017/18, dirigiendo al mentado club gallego.
Sin embargo, a una generación de aficionados al Fútbol se le hace raro ver a Unzué en los banquillos. Para esa generación, de aficionados del Sevilla FC, Unzué siempre será uno de los porteros más importantes de la Historia su club, y si estos aficionados fueron niños cuando aquél guardaba la portería sevillista, a buen seguro será irremediablemente el portero del cariñoso y ya lejano Sevilla FC de su infancia. Muchos lo recordarán con sus guantes Ulhsport y sus botas Munich, y con el número 1 a su espalda, defendiendo la portería sevillista en aquel cambiado Sánchez Pizjuán, y los más privilegiados tampoco podrán olvidar su buen trato con el aficionado y su significativo autógrafo, con aquella J sobresaliente.
Unzué, en el Sevilla FC, en un partido de la Copa de la UEFA 1995/96 ante el FC Barcelona. Foto: PLUS FÚTBOL 
Unzué llegó al Sevilla FC en la temporada 1990/91, sin repercusión apenas y procedente del FC Barcelona, en el que había sido suplente de toda una institución como Zubizarreta. Al nuevo destino venía a sustituir a nada menos que al carismático Dessaev, que había decidido poner fin a su carrera como futbolista profesional. Su debut en partido oficial fue en la primera jornada de aquella temporada, el 2 de septiembre, ante el RC Oviedo en el Carlos Tartiere, partido que acabó en 0-0. Unzué defendió la portería del Sevilla FC durante siete temporadas, siendo el guardameta titular indiscutible durante las mismas, a excepción de las dos últimas, en las que alternó la titularidad con Monchi. En total, entre las temporadas 1990/91 y 1996/97, Unzué vistió la camiseta del Sevilla FC en 222 partidos oficiales. Su último partido oficial con el Sevilla FC tuvo el 22 de junio de 1997, en el Sardinero ante el Racing de Santander (1-4), correspondiente a la última jornada de aquella triste temporada en la que, dos jornadas antes y frente al RC Oviedo, el Sevilla FC descendía a Segunda División. Ese verano de 1997, Unzué fichaba por el CD Tenerife, poniendo punto y final a su trayectoria como futbolista del Sevilla FC. Y se marchó de la entidad tal como vino, sin alharacas, quizá por la triste situación que vivía deportivamente el equipo. Sus actuaciones vistiendo la elástica sevillista le valieron para estar entre los mejores porteros de la Historia del club, con los Eizaguirre, Busto, Mut, Rodri, Francisco “Superpaco, Buyo, o Palop.       
Tras el CD Tenerife, Unzué militó en el RC Oviedo y en el Atl. Osasuna, poniendo fin a su carrera como portero el 15 de junio de 2003 en el Sadar, donde recibió la ovación de la afición navarra. Llevando los escudos de esos equipos regresó al Sánchez Pizjuán, y también como entrenador. Seguro que cada vez que ha vuelto al estadio le han asaltado los recuerdos, seguro que buenos, como a la afición del Sevilla FC, y como a aquel niño que una tarde de agosto de 1995 lo conoció en un entrenamiento, dándole palmadas en la espalda y sabedor que estaba conociendo a uno de los porteros más importantes que tendría el Sevilla FC.

Unzué, y el resto de la alineación del Sevilla FC, en un partido de Liga 1994/95. FOTO: EQUIPOS DE FÚTBOL




sábado, 18 de agosto de 2018

DE MARCELINO Y PEREDA, A TORRES: DIEZ AÑOS DE MÁS QUE UN GOL


El 21 de junio de 1964, en el Estadio Santiago Bernabéu, España ganaba ante la URSS la final de la Eurocopa celebrada en nuestro país. Aquella tarde, Pereda y Marcelino hicieron los goles que darían el primer título a España, haciendo insuficiente el gol conseguido por los soviéticos a través de Jusainov. Aquella selección española, dirigida por José Villalonga, fue, además de la de los ya citados Pereda y Marcelino, la del gran Luis Suárez, Olivella, Fusté, Zoco, Amaro y del, posteriormente polémico, Iríbar.

Foto: la selección española festeja el título conseguido frente a URSS (DIARIO AS)
Muy pocos se acuerdan ya de aquel título de nuestra selección española, por un lado a causa del tiempo transcurrido, que no lo hace en balde y, por otra parte, quizá por la época y circunstancias en la que se jugó: 1964, con Franco como Jefe de Estado en el palco del Estadio, y ante la URSS. Quizá, y absurdamente, lo segundo haya hecho que la consecución de dicha Eurocopa hay sido más olvidada de lo que el tiempo hubiera naturalmente permitido.

Foto: Marcelino y su gol ante la URSS (DIARIO AS)

Después de aquella Eurocopa, el recorrido de España por dicha competición sería realmente para olvidar. En Italia 1968, la selección quedó primera de su grupo en la primera fase, pero cayó eliminada en cuartos ante la recién campeona del Mundo de Bobby Charlton, Inglaterra, que vencería 1-3; en Bélgica 1972, la selección no lograría clasificarse para la fase final, que en esta edición solo la conformaría cuatro equipos; en Yugoslavia 1976, España quedaría nuevamente fuera de la fase final; para Italia 1980 sí se conseguiría la clasificación, pero no se pasaría de primera fase quedando, además, última de grupo; en Francia 1984, por el contrario, España llegaría a la final, donde sería derrotada por Francia 2-0 con aquel recordado fallo de Arconada al intentar detener una falta de Platini, es uno de los partidos más recordados para la afición española; en Alemania 1988, España no pasaría la primera fase; en Suecia 1992 la selección estaría ausente, al no conseguir clasificarse; en Inglaterra 1996 los anfitriones apearon en cuartos a la selección en la tanda de los penaltis tras un 0-0; en la Eurocopa de Bélgica y Holanda de 2000, serían los franceses los que nuevamente en cuartos dejarían eliminada a la selección; y en Portugal 2004, España no pasó de la primera ronda. 


Foto: Arconada encajando el gol de Platini en la final de 1984 (BALONLEBOWSKY.COM)
A la siguiente Eurocopa, la celebrada en Austria de 2008, la selección llegó después de haber sembrado muchas dudas en la primera parte de la fase de clasificación. El combinado estaba dirigido por Luis Aragonés, y sufrió dos derrotas seguidas al inicio de la clasificación ante Irlanda del Norte y Suecia, rivales que, a priori, no deberían de haber supuesto muchas dificultades para España. La confianza en el seleccionador se perdía y, además, tras el partido frente a Irlanda del Norte, Luis Aragonés dejaba fuera de la convocatoria a Raúl, que había sido el estandarte de la selección española desde hacía unos años. Aquella decisión, muy polémica y debatida, recordó a la que en su día tomase Javier Clemente con la Quinta del Buitre de cara al Mundial de USA 94.
Sin embargo, el seleccionador hizo un combinado joven y de extraordinaria calidad, donde estaban, entre otros, los Casillas, Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila, Torres, Villa, Xavi, Iniesta, Marchena, Cesc Fábregas, o Cazorla. La primera fase se solventó sin problemas, goleando 4-1 a Rusia, y venciendo por 2-1 a Suecia y a Grecia. España empezó a ser consideraba favorita, pese a que había comenzado la clasificación de manera titubeante. En cuartos de final esperaba Italia, a la que España no se enfrentaba en las eliminatorias de una fase final desde 1994 en estado Unidos, en uno de los partidos de más amargo recuerdo para la afición española. Pero en esta ocasión, España, aunque en los penaltis, vencería a la selección azurra. En semifinales volvería a verse las caras con Rusia, a la que superó nuevamente y por 3-0.
Después de veinticuatro años, España volvía a la Final de una Eurocopa, esta vez en Austria como escenario, y con una ilusión y una expectación propias de quien necesitaba un título después de no ganarlo desde 1964. La final enfrentaría el 29 de junio a España con Alemania en el Estadio Erns Happel de Viena. Luis Aragonés dispuso un ataque encabezado por Fernando Torres, con Iniesta, Silva y Cesc Fábregas por detrás. En el minuto 33 de la primera parte, Xavi consigue un balón en el centro del campo y encabeza un ataque, Torres abre un espacio y logra que Xavi le sirva un extraordinario balón por detrás de Lahm, superándolo en un movimiento y pudiendo encarar a Lehmman, al que bate de forma rápida: España se ponía por delante en la final de la Eurocopa. El resto del partido fue un monólogo de España, que no perdió de vista conseguir el segundo gol. España ganó aquella final, ganó su segunda Eurocopa y casi cincuenta años después de la primera.


Foto: Fernando Torres batiendo a Lehmann (GETTY IMAGES)
Este verano han hecho diez años de aquel gol y, por ende, de aquella final y de aquel título. Aquel gol no ha dejado de recordarse con cariño, y para algunos fue el fin de una período largo de muchas decepciones, así como comienzo de todo lo que vino después y consiguió la que sea, posiblemente, la mejor generación de futbolistas que ha dado España hasta hoy. Lo cierto es que España, después de décadas, volvió a levantar un título, muchos años desde los goles de Pereda y Marcelino que dio a España su primer título. 





ESPAÑA EN EL MUNDIAL USA 94, VEINTICINCO AÑOS... (3) LA SELECCIÓN ESPAÑOLA RECUPERA EL CRÉDITO PERO SE COMPLICA LA CLASIFICACIÓN ANTE DINAMARCA

Efectivamente, Javier Clemente planteará cambios en la Selección ante los resultados inanes conseguidos en sus primeros partidos de clasi...